Recorrimos el Nápoles de las antiguas sibilas, de los alquimistas, de los milagros y las catacumbas, como si fuera un viaje en el tiempo.
Vida y muerte se dan cita de modo singular en Nápoles y sus alrededores. La omnipresente silueta del Vesubio nos recuerda en todo momento que nuestra existencia es fugaz, un capricho del destino que hay que aprovechar. En este viaje, realizado en diciembre de 2022, Javier Sierra acompañó a un grupo de personas por parajes que ya no olvidarán. Los 130 metros del pasillo excavado en roca del “antro” de la Sibila de Cumas, en la que un grupo de mujeres de hace 27 siglos fueron capaces de comunicarse con el dios Apolo, abrieron el camino a una visión inédita de la región de los Campos Flegreos. Allí, muy cerca, resplandece el lago Averno por el que Virgilio descendió a los infiernos en la Divina Comedia de Dante. Y allí también surge Baia, las antiguas termas de lujo del lugar, con una bóveda en la que aún se siente la acústica del pasado. No muy lejos se levantan los templos de Poseidonia (la Paestum de los romanos). Se trata de recintos más antiguos que el Partenón, levantados por griegos, que trasladan al viajero hasta los orígenes mismos de la filosofía.
“La tierra de los oráculos” es un viaje inolvidable, lleno de personajes tan insólitos como el “petrificador de cadáveres” Raimundo di Sangro, del que Javier Sierra escribió en su libro En busca de la Edad de Oro. O San Genaro, patrón de Nápoles y artífice del milagro de la licuefacción de su sangre, tres veces al año.